Road Trip: Un lugar especial
Hay un cierto grado de adrenalina en lo que llamamos espontaniedad, esa sensación de no saber a dónde vas o en dónde estás, pero que al mismo tiempo te invita a seguir tu intuición. Simplemente, por el hecho de cambiar la rutina de todo un día “normal”.
Lo que no se planea sale mejor
Bien dicen que todo puede cambiar en un segundo y justo así me sucedió. Un día que estaba destinado a ser un maratón de películas se convirtió en mi más romántico y relajante road trip.
Sólo sabía que ibamos hacia la presa Álvaro Obregón en Cajeme, pero mi novio y yo no teníamos ni idea en donde pasaríamos el día. Íbamos en modo: “Lo que no se planea sale mejor”.
¡Y así fue! Nos encontramos con un lugar bastante tranquilo, donde se sentía un ambiente familiar, sin esos molestos carros con música a todo volumen y el humo de la carne asada cubriendo todo el lugar (lo siento, lo tenía que decir… Eso no me gusta).
Dentro de las cosas que preparamos, fue llevar algo de comida, que en realidad no fue algo del otro mundo ni lo más saludable, pero era fin de semana: ¡tiempo de romper la dieta!
Hicimos un pequeño picnic y empezamos a disfrutar del día. Un clima nublado, una bella vista, un extraño silencio que agradaba, ¿qué más podíamos pedir?
En las horas cercanas a la puesta del sol, decidimos salir a caminar un poco y nos topamos con un paisaje muy amigable para tomar algunas fotos. La verdad, es que tengo que reconocer que es muy bonito tener a alguien que te tenga paciencia hasta para lograr el ángulo de la fotografía que quieres (¡punto extra!).
Todo el día fue una combinación extraña entre pasar un momento con mi personita especial y al mismo tiempo sentir una conexión conmigo misma. Desconectarnos de todo, notar que había silencio entre los dos, pero que una sonrisa nos decía que todo estaba bien.
Siempre es bueno agradecer a la vida por cada momento que nos da. Este día me ayudó a despejar pensamientos, a tomar de la mano a alguien y sentir paz en el corazón. Aprendí una lección, a veces estamos tan ocupados con cosas que nos roban la atención y nos olvidamos de los pequeños detalles que están tan cerca de nosotros.
Hay tanto que ver, hay tanto que escuchar, hay tanto que sentir… Sólo tenemos una vida y el lugar indicado que nos inspire a reflexionar, puede estar a unos cuantos kilómetros de distancia.
Con cariño,
-Xaydy
Totalmente de acuerdo!! Y me ha pasado: entre menos se planea sale mejor y mas lindo es todo!!